Cada 29 de septiembre se celebra el Día Internacional del Corazón, una fecha perfecta para reflexionar sobre nuestra salud cardiovascular. Una de las formas más efectivas de cuidar el corazón es a través de la alimentación, y en este sentido, la dieta mediterránea se ha consolidado como una de las más recomendadas por cardiólogos y nutricionistas.
Esta dieta, basada en el consumo de alimentos frescos, vegetales, frutas, pescado y grasas saludables, no solo ayuda a mantener un corazón sano, sino que también contribuye a controlar el colesterol, reducir la presión arterial y mejorar la salud general.
Qué es la dieta mediterránea
La dieta mediterránea se inspira en los hábitos tradicionales de países como España, Grecia e Italia. Sus pilares son:
- Frutas y verduras: ricas en antioxidantes y fibra.
- Cereales integrales: fuente de energía y nutrientes.
- Pescado y marisco: aportan ácidos grasos omega-3, beneficiosos para el corazón.
- Aceite de oliva virgen extra: la grasa principal, saludable para las arterias.
- Frutos secos y legumbres: proteínas de calidad y fibra.
- Consumo moderado de lácteos y huevos, y baja cantidad de carnes rojas y procesadas.
Esta combinación no solo aporta nutrientes esenciales, sino que también reduce la inflamación y protege el sistema cardiovascular a largo plazo.
Beneficios de la dieta mediterránea en el corazón
- Control del colesterol
El colesterol elevado es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. La dieta mediterránea ayuda a bajar el colesterol LDL (“malo”) y a aumentar el HDL (“bueno”), gracias a alimentos como aceite de oliva, pescado azul y frutos secos. - Protección frente a enfermedades cardíacas
Estudios científicos muestran que quienes siguen esta dieta de forma constante tienen menor riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares. La combinación de antioxidantes, fibra y grasas saludables mejora la salud de las arterias y reduce la presión arterial. - Control del peso y metabolismo
El equilibrio entre carbohidratos complejos, proteínas magras y grasas saludables ayuda a mantener un peso adecuado, un factor clave para un corazón sano. - Efecto antiinflamatorio
La inflamación crónica es un enemigo silencioso del corazón. La dieta mediterránea, rica en antioxidantes y omega-3, ayuda a reducir procesos inflamatorios que afectan las arterias y tejidos cardíacos.
Cómo potenciar los beneficios de la dieta mediterránea
Además de seguir esta alimentación, es importante vigilar los niveles de colesterol y, si es necesario, complementarlos con productos de apoyo que ayuden a mantener el equilibrio lipídico.
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